La lluvia es como tus lágrimas, que no se dejan consolar. La lluvia es como ese sueño mío, que cae a tierra sin poderlo acariciar, sin poderlo tener entre mis manos, perdiéndose en círculos, sin dejarse hacer realidad. La lluvia, ¡la lluvia!, qué es la lluvia?. Quizás sea el llanto tuyo, tus penas que se desahogan. Quizás sea el llanto mío, por mi opresión que lloran. Quizás sea todo lo que un día fuimos, lo que perdimos al querer ser hoy y ahora, lo que no pudimos.
Cuando la guerra estalla, mírame cara a cara, con todo tu odio. Cuando me ejecutas con metralla, no eres tú quien me mira desde los ojos en tu rostro. Quienes aprietan los gatillos, lo hacen para sobrevivir y que tú no les ejecutes. Y en tus ficticios galones, opuesto está el deber al derecho, para borrar de la faz y la memoria por ideal, por odio o por despecho. Y cuando los años pasan, tu sonrisa es una mueca en tu trastornada facha. Relatas los hechos ido, como gran combatiente en la promesa de un nuevo mundo.