Un ensueño En una playa, al otro lado de un pequeño pueblo, junto a la orilla del mar, solitaria y risueña, había una casa de tela sobre un nido de tierra, y en su interior, una mariposa en flor y una estrella. Eran dos amores solitarios, nadando en el rumor de las olas, abrazados a los ensueños de un duendecillo diminuto que vagaba sobre pequeños mundos con horizontes de violetas. La mariposa, con sus ojos cerrados, soñaba con la lectura oyendo la voz del loco sin rumbo, amante viajero extraño en busca de amor que con el tiempo se alejó hacia el ocaso al otro lado de la bahía. Reír quisiera algún día, llorar en el consuelo del atardecer, y en las noches cerradas o de luna, convertir la rosa presumida en suaves caricias de compañía.
Comentarios
Publicar un comentario